El proceso de aprendizaje a la
lectura y la escritura ha sido el mismo a lo largo de muchos años. En él, el
niño se colocaba delante de un lápiz y un papel y comenzaba a escribir y escribir
hasta que se sabía las letras, escribía y leía con soltura. ¿Pero pensáis que
el proceso de lecto-escritura va a ser el mismo dentro de unos años?
Ahora todo ha cambiado, los
maestros disponen de múltiples recursos para desarrollar sus clases. En el caso
de la lecto-escritura son escasas las modificaciones que se han producido a lo
largo del tiempo. Aunque no sabemos lo que pasará dentro de unos años, estamos
convencidos de que en algún momento el ser humano dejará su aprendizaje en
manos de la tecnología. No quiere decir que vayamos a desterrar la metodología
actual, pero se adecuará en mayor medida al progreso. En mi opinión, el hecho
de que una enseñanza deba cambiar, olvidarse o fomentarse es su utilidad, sus
ventajas.
La educación necesita sufrir un
cambio radical y lo primero que debe cambiar es la mentalidad de los
profesores, no debemos dejar a un lado los procesos tradicionales de aprendizaje,
sino que debemos modificarlos, adaptarlos a las necesidades de nuestro entorno.
En la lecto-escritura, por ejemplo, yo pienso que nunca deberíamos dejar de
aprender escribiendo con lápiz en mano y papel en mesa pero, por qué no
adecuarlo, por qué no intercalar en ese proceso novedades, como puede ser el
uso de la pizarra digital realizando juegos interactivos con el fin de alcanzar
ese objetivo e incluso llegar a él de una forma más grata y placentera.
Los niños se desenvuelven de
forma increíble y aprenden muy rápido usando las nuevas tecnologías. Tienen
muchas posibilidades de acción, son capaces de realizar infinidad de cosas que
los objetos tradicionales no les ofrecen. Tienen un manejo fácil de las
tecnologías, para ellos ponerse delante de un ordenador supone diversión,
entretenimiento e investigación. Tiene una mentalidad muy diferente a aquellas
personas que ya mayores se inician en este campo. A través de diferentes videos
que vimos en la red afianzamos este pensamiento.
Yo especialmente me quedé
fascinada al ver un video de un niño que no llega ni a los dos años de edad se desenvolvía
con soltura ante su idap. Os lo pongo a continuación para que lo veaís y
alucinéis.
¿Qué opináis ahora?, ¿Debemos
cambiar o no?, ¿Por qué no hacer una educación divertida?.
La sociedad va cambiando y la
educación lo debe hacer con ella, estamos ante niños que tienen un número increíble
de posibilidades para aprender a su alcance, pero sin nuestra ayuda no podrán
llegar a conseguirlo.
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