Nosotros como futuros maestros
debemos conocer toda la tipología de escuelas, por lo que ahora nos centramos
en la Escuela Cooperativa como la
suma total de todos los esfuerzos, iniciativas y condiciones que permiten
aplicar el factor humano para organizar, estimular y orientar la cooperativa
hacia la formación de una escuela.
Nuestra vigente legislación en
materia educativa recoge como preceptos fundamentales el principio de la
libertad de la enseñanza y, además, reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de
creación docente, respetando siempre los principios constitucionales, en virtud
de los cuales reconoce de forma
explícita en el desarrollo posterior legislativo la existencia de una red dual
de centros educativos; públicos y
privados.
Debido quizás al fuerte peso
específico que las órdenes religiosas católicas
han tenido a lo largo del reciente pasado y aún hoy día, al hablar de la
enseñanza privada, pasa casi
desapercibida para muchos ciudadanos la existencia, dentro de ese espectro de
centros privados, un importante colectivo emergente. Se trata de las «cooperativas de enseñanza».
Centros generalmente de carácter aconfesional y fundamentados en la
democratización interna de su funcionamiento.
Las cooperativas de enseñanza
aparecen en el panorama educativo español
como un nuevo modelo cuya bandera es el cooperativismo, con una oferta
diferente a lo tradicional, con el firme
propósito de colaborar en el progreso de la educación de nuestro país y en la mejora de la calidad
de la enseñanza, ofreciéndose como una
opción distinta a las existentes, en la que los profesionales de la educación
se encuentran fuertemente comprometidos
en razón a su doble condición de docente
y a la vez socio de la sociedad cooperativa, entidad titular de los
centros, y con unos Estatutos que representan el compromiso del respeto a los
principios cooperativos y a la gestión puramente democrática. Esta forma de
educación supone una nueva alternativa o vía dentro de nuestro sistema escolar.
Con todo ello, y para alcanzar la
plena comprensión del funcionamiento de estas escuelas en clase hemos
realizado, por grupos de idearios similares, una escuela cooperativa. En este
trabajo los componentes del grupo debíamos ponernos de acuerdo y discutir sobre
cómo sería nuestro nuevo colegio, establecer el nombre y signo representativo
que concuerde con la finalidad a la que quieren llegar los miembros. Lo más
importante de este mini proyecto ha sido la intensa búsqueda de los principios
y el ideario por el que se iba a regir nuestra escuela. Finalmente, el
resultado fue la escuela cooperativa “Els Grans Menuts”. Una escuela formada
con grandes ilusiones y esperanzas, en la que me he sentido muy contenta de
formar parte.
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